De piratas y tratantes



Cuando bebas agua, recuerda la fuente

Proverbio chino

Internet, una intangible maraña de impulsos eléctricos intermitentes con sentido matemático que recorren el planeta y que percibimos como un muestrario de pornografía, aderezada con otras informaciones y actividades, que se embozan tras Google. Constituye un mundo virtual, sin barreras físicas de ningún tipo, en el que podemos refugiarnos de la realidad o acercarnos más a ella; se trata, probablemente, de la única dimensión de nuestro entorno en la que somos verdaderos protagonistas y en donde, con independencia de nuestro nombre, se nos permite casi todo. Desde su aparición se presentó como la redención del saber y la cultura. Pero, en definitiva, todo esto supone una entelequia…

La Red se ha convertido en una novela de tratantes y bucaneros, de batallas en altamar entre imperios coloniales y galeones corsarios. Todo ficción. Las sociedades de autores, de un lado, trafican arbitrariamente con la cultura, tasándola y repartiendo sus beneficios a su antojo; pretenden atesorarla con el único fin de rentabilizarla al máximo, aunque sea a costa de privar a la sociedad del acceso a ella. Ejercen además como narradores jueces. Del otro lado, los piratas, que se apropian en muchos casos sin permiso (que no ilegalmente, al menos de momento) de la obra intelectual de otros.

Tan mal no está la cultura audiovisual como la pintan. Lo cierto es que ahora el arte en nuestro país resulta más accesible y recibe más ayudas que nunca. Tanto que el cine español ingresa más dinero por subvenciones, que salen del bolsillo de todos, espectadores o no, que por recaudación en taquilla… El caso es que se escucha más música y acude más gente a los conciertos que nunca. Y, ¿quién paga todo eso? Pues, evidentemente, los piratas en buena parte. Incluso se ha demostrado que son los más proclives a comprar música original. Y, que se sepa, nadie se ha quedado de momento en el paro por culpa de la piratería. Total, que deberíamos alegrarnos de las posibilidades que brinda Internet porque, eso sí, al menos estaremos de acuerdo en que el enriquecimiento cultural de una sociedad resulta beneficioso.


Política anticrisis




Ostracismo educativo



La educación es la luz que ilumina los ojos

Proverbio afgano

Lo peor de todo es que resulta noticioso. El gobierno cántabro va a cerrar el grifo a un colegio del Opus Dei, hasta ahora concertado, por no admitir a niñas. Alegan que, según la Ley Orgánica de Educación, "en ningún caso habrá discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social" (redundante puesto que ya se establece en el Artículo 14 de la Constitución)… Esta vez por el sexo, otro día por otro motivo. ¿Por qué hasta ahora se les ha dado dinero? ¿Por qué se firman conciertos discrimnatorios e ilegales?

Sinceramente, dudo que en los centros del Opus se matriculen muchas gitanas evangélicas o muchos hijos de albañiles rumanos. Dos casos muy concretos, incluso puede que excéntricos, pero basta asomarse a cualquier colegio público en un barrio obrero, de esos en los que se adentran tan frecuentemente los temerarios reporteros de televisión, para comprobar que no se trata de ejemplos tan aislados. Simplemente no se les acepta en los centros de pago. Y esta marginación tan descarada no sólo se da entre los del Opus, sino entre todos los concertados; porque en los privados sucede lo mismo, pero ahí el dinero no sale de la ciudadanía.

Todos concebimos la educación como un derecho fundamental, por tanto, como una obligación del Estado asegurar el acceso a ella y proporcionar los medios necesarios, etc. Sin embargo, se subvenciona cada vez más la discriminación y el clasismo; estamos convirtiendo los centros públicos, adalides y garantías del bienestar social, en establecimientos donde poner en cuarentena a los pobres (hijos de inmigrantes o no, de una religión u otra, con buena o mala conducta y expediente, al final lo que cuenta es el poder adquisitivo), hay que prevenir el contagio; se pretende alcanzar la integración y la igualdad segregando. Estigmas umbilicales financiados por todos.

Por ello no extraña que aparezcan noticias afirmando que los hijos de los inmigrantes no llegan a la universidad, o que los vástagos de los iletrados partan con veinte veces menos posibilidades de concluir sus estudios… Incluso dentro de nuestra afortunada sociedad, ya desde párvulos se parte con ventajas o con obstáculos. Poco luchamos para que el porvenir de los inocentes no esté escrito en el libro de familia o en la cartilla del banco. A veces da la sensación de que cuando una mujer pobre pare, el resto automáticamente escribe el nombre de su retoño en un trozo de cerámica.


Seísmos en Moncloa



Los ríos profundos corren en silencio, sólo los arroyos fluyen con rumor.

Proverbio Hindú

¿Quién ha sido? ¿Se trata de un globo sonda? ¿Quién lo ha soplado? Nos quedaremos con la duda pero se trata de alguien que necesariamente cumple dos condiciones: interés personal en que se publicase la información y no le importaba en absoluto (o le convenía) ensombrecer la fotografía de Zapatero con Obama, el momento de gloria de nuestro presidente en los últimos meses. Algunos socarrones acusan a José Blanco o Elena Salgado, que cumplen los requisitos a la perfección puesto que así obstaculizan el posible arrepentimiento de Zapatero y, curiosamente, junto a Chaves, son los únicos nombres filtrados…

Constituye una evidencia que Blanco codicia un ministerio. Asimismo, su voz retumba en Ferraz y necesitan acallar las crecientes críticas internas por la impotencia del Gobierno y el grupo en el Congreso, donde, para no perder una votación, apoyan propuestas de la oposición (incluso han aprobado una que reprende las acciones del Ejecutivo ante la crisis). Por este mismo motivo también se justifica el nombramiento de Chaves que, al menos durante un tiempo, revestiría de sosiego la trastienda socialista. Además, en ambos casos, se trata de políticos mediáticos y temidos en los despachos: se ganaría en notoriedad, que últimamente escasea en Moncloa.

La misión de Blanco, sustituyendo a Magdalena Álvarez (hasta ahora considerada por Zapatero como unas de las mejores), consistiría en publicitar el PlanE. Chaves coordinaría, desde la vicepresidencia, a las autonomías, que disimulan bien su responsabilidad ante la situación financiera pero acopian tanta capacidad de acción como la Administración central. Por tanto, esta nueva cartera repercutiría positivamente, aunque dudo que alguien convenza a Aguirre y Camps para cooperar... Por supuesto, también resultará un acierto desmantelar ministerios como vivienda, ciencia e innovación, cultura (se reintegraría con educación, o al revés) e igualdad, todos inoperativos dada la coyuntura económica; especialmente los dos primeros, que ni polémica han aportado.

Y, por último, el rumor que más debate ha suscitado: Salgado asaltaría el Ministerio de Economía, cargo que durante esta legislatura no ha cesado de reivindicar; aunque no tanto como Solbes su jubilación. El perfil de Salgado, más ingeniera que economista, no encaja demasiado y por ello su nombre ha sorprendido. Pero es discreta y con capacidad de gestión, precisamente lo que se busca desde presidencia: se quiere a alguien que no se preocupe tanto por las medidas macroeconómicas (gasto público) como por el mantenimiento rutinario del ministerio, alguien que acate órdenes con eficiencia. Y, conociendo el percal, no se barajan muchos voluntarios.

España parece una feria de quiromancia y rumorología: todos exhalamos cábalas en la oscuridad aun sabiendo que, tratándose de política, rara vez se atina. Riéndose debe estar Enrique Serrano, jefe del gabinete de presidencia (su nombre también zumba en las apuestas), el demiurgo del nuevo gobierno y, a todas luces, escultor de la política económica que viene. Con esta remodelación gasta su último comodín para paliar la derrota en las europeas. Mañana martes terminarán las especulaciones: Zapatero planeaba irse el miércoles a Doñana de vacaciones, así que o las aplaza o confirma la decisión recién aterrizado; no es probable que permita los chismes por más tiempo. Aunque quién se atreve a asegurar nada con tanto tambaleo…


¡Cuidado! La caja mancha...



¡Desdichado de mí, que ni soy caballero andante, ni lo pienso ser jamás y de todas las malandanzas me cabe la mayor parte!

Sancho Panza

En una caja de la Mancha, de cuyo nombre no es necesario acordarme, no ha mucho tiempo que mandaba un rufián de los de talonario en bolso, adarga política y carro potente. Su gracia: Don Juan Pedro Hernández Moltó, de estirpe parlamentaria. Pero no creó el Altísimo tal raza para administrar las haciendas ciudadanas; y así fue que el sino arrebatole lo que había malogrado.

De cómo llegaron a frustrarse los planes de tan desmerecido  bellaco nada o poco conocerán los villanos de cuyos caudales aprovechose para cebar su fortuna, a costa ello en ocasiones del artificio. Habrán los desgraciados de aguardar aciagos que el Señor MAFO rescateles cual paladín. Empero, ¿tendrá este MAFO, por Don Moltó tan lisonjado, algo de responsabilidad en el suceso? Pues al menos sospechoso resulta que Viñals, respetado hidalgo curtido en las finanzas, otrora segundo del Banco de España, dimitiese no ha muchas jornadas. Desde luego el cid MAFO erró en su función de supervisor, igual que el gobierno manchego. Incuria esta que bien se cuidarán para que nadie ajusticie jamás.

¿Considera vuesa merced propasada mi reclama? Pues válgase de esotra hazaña: el escudero de Moltó (su vicepresidente) negose a firmar los últimos presupuestos de CasiCasaMoltó… Quizá debido al ahínco deste por desdeñar las advertencias de los peregrinos que vaticinaban su fragilidad por lo que advenía al ladrillo, adonde gustaba de apostar los capitales ajenos. O hállese el porqué en las entrañas del “desinteresado” préstamo que concediole a Martinsa un mes antes de que se declarase arruinada; o tal vez en la precaria inversión del puerto aéreo ciudarrealense. ¡Cuántas malas estocadas en medio de la batalla!

Idos hubolos siempre, y zascandiles también, pero caros nos han salido a los inocentes espectadores los gigantes tornados molinos que partiéronle el yelmo a Moltó: 9.000.000.000 € (¡la de abono transportes que me apañaba!); mas luego presume el linajudo Solbes que con un tercio sobrara, pues ¿a qué fin nos endeuda más? Historia esta que se repite desde siglos atrás. Los engañados pagamos el indulto por los ardides de quien siquiera es castigado por su negligencia y avaricia. Que aquí responsables los ha habido a puñados, todos ricohombres que cambiarán las botas y seguirán trajinando.