¡Ay, Marianete! Si no sabes torear...



El arte de torear consiste en convertir en veinte minutos a un bello animal en una albóndiga sangrante ante un público alborozado.

Manuel Vicent

Es bien conocido que una de las claves de la política radica en saber manejar los tiempos. Y por algo Zapatero no ha perdido nunca unos comicios. Llevaba unos meses en apuros. Rajoy mientras tanto haciéndole la cuenta atrás para el Debate donde, coincidiendo con la isidrada,  iba a clavarle la puntilla… Pero parece que el bravío embistió más siniestro de lo que se imaginaba el diestro y ha vuelto al toril tan campante. Rajoy esperaba en la arena con el capote en la mano desde hacía tiempo, tomaría la iniciativa y saldría a hombros. Contaba el PP con tres apéndices y, de suerte, se ha librado de alguna que otra cornada.

Tan confiado andaba el torero que olvidó que en este tipo de corridas lo que ocurre en el ruedo no interesa, lo importante son las crónicas del día siguiente. Zapatero lo sabía y centró en ese punto su estrategia. El objetivo: los baldones de la oposición debían pasar desapercibidos para el gran público, o sea, en los medios. Para ello había reservado una ringlera de disposiciones económicas imposibles de rechazar; medidas que, por supuesto, aguardaban la ocasión en la recámara casi desde que Salgado accedió a la vicepresidencia. Sorpresa general, desconcierto, los sectores más críticos y ruidosos enmudecidos (vivienda, automoción,…) y titulares ganados.

Sin embargo esto podría resultar insuficiente si el matador Rajoy daba un par de buenos pases. Así que se ideó una salvaguarda para robar protagonismo al Congreso. ¿Y cuál es la polémica de moda? Por eso se divulgaron precisamente los dos días del Debate sendos anuncios referentes al aborto: el pildorazo poscoital y el anteproyecto de la nueva ley, que podía haberse aprobado en cualquier otro momento… De este modo en los tabloides quedaba menos papel para hablar de la lidia; más síntesis implica ajustarse a lo noticiosos, lo cual significa reducir las quejas (harto repetitivas) al mero testimonio.

Suponíamos todos que Rajoy ejercería de empitonado y que Zapatero abandonaría la plaza en camilla. Pero así es la tauromaquia. Perdón, la política. Y para colmo, mientras Zapatero brinda la fiesta al consumismo, a Camps le imputan por soborno. Se le plantea difícil a Rajoy la próxima corrida, que será el 7 de junio en las europeas: contaba ya con dos orejas seguras pero se le está complicando la faena. Además, parece que el novillero, Mayor Oreja, se ha buscado otro apoderado, Aznar; de lo cual se deduce que al compostelano, como mucho, le permitirán presentarse como mozo de espadas, pero nada más. ¡Vaya cuadrilla te has buscado Marianete!


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